CURSO SOBRE DIVERSIDAD EN EL AULA - FLORENCIA

Fede Rodríguez (profesor de Matemáticas) acude a un curso sobre Diversidad en el Aula en Florencia (Italia). Se trata de un curso en el que junto a otros docentes europeos se quiere reflexionar y compartir experiencias sobre cómo trabajar con clases en las que se juntan muchas culturas diferentes.

Día 1. 19 de Mayo, Domingo. Arrivo in Italia

Tras el viaje en avión, llego a una Florencia hermosa, muy viva y con un dulce olor a lluvia. Me reciben en mi apartamento y me da tiempo a salir a dar una vuelta rápida por el centro para hacerme una idea de lo que me espera esta semana.

Día 2. 20 de Mayo, Lunes. Diversas presentaciones 

Primer día de curso: conozco a los que serán mis compañeros de curso durante esta semana. Vienen de escuelas suecas y portuguesas, todas ellas de Secundaria. La ponente es una antropóloga italiana, experta en Etnomusicología. Cada uno de los participantes presentamos nuestras escuelas. Es interesante ver qué decide cada cual para enseñar sobre su centro. Unos enseñan las aulas, otros hablan de asignaturas, etc... Yo decido presentar y hablar sobre la diversidad que tenemos en el Madrid Sur, sobre lo colorido que es nuestro centro y las oportunidades que se presentan por este motivo.

Hablamos también sobre las diferencias entre los sistemas de cada país. En todos los institutos suecos se da una comida caliente a todos los alumnos de forma gratuita. Aprender a comer de una forma saludable también es educar.

Prácticamente todas las asignaturas (música, arte, física, química, matemáticas...) tienen un grandísimo porcentaje del tiempo dedicado a la práctica, con un laboratorio dedicado en exclusiva a la materia. Reconocen que a veces la teoría se deja un poco de lado.

Hay dos profesoras suecas de Educación Física que están muy orgullosas que sea obligatorio aprender a nadar en su asignatura. Si no saben nadar 200 metros, no pueden ni aprobar la asignatura.

Tras las presentaciones hacemos distintas dinámicas por grupos en las que discutimos sobre el concepto de cultura y diversidad. Lo interesante es que todas estas dinámicas son fáciles de llevar al aula para poder hablar estos temas en tutoría con el alumnado. Nos enredamos en discusiones y conversaciones sobre cómo vemos cada uno estos temas. Muy enriquecedor, ya que estamos profesores de distintos tipos de escuelas, con distintas experiencias y vivencias. La mañana no da para mucho más y el curso se acaba.

Yo aprovecho la tarde para ir a ver la Catedral, el campanario de Giotto, el Ponte Vecchio y pasear bajo unas nubes amenazando lluvia, que no se atreven a descargar. 



Día 3. 21 de mayo, Martes. La piel que habitamos.

Segundo día de curso, en el que hemos profundizado sobre conceptos de inclusión, equidad y la forma en la que se crean y actúan los prejuicios y estereotipos.

Hemos empezado el día comentando el concepto de identidad. ¿Por qué es tan importante? ¿Qué es lo que nos hace a cada persona única? Debajo de nuestra apariencia somos un cúmulo de relaciones, aficiones, gustos y maneras de ver la vida que nos hacen felices. ¿Cómo se puede llevar esto al aula y comentarlo con los alumnos?

Seguimos viendo cómo se trabaja en cada escuela con el alumnado que tiene más dificultades. Las compañeras portuguesas tienen un sistema similar al nuestro en Madrid, mientras que en la escuela sueca se trabajan algunos aspectos de forma distinta. 

Por ejemplo, me ha parecido muy llamativo que si un alumno tiene una lengua materna distinta, se le ofrece una asignatura optativa para seguir aprendiendo y profundizando en su idioma materno. La idea detrás es que si el alumno tiene el dominio completo de una lengua, le resultará más fácil asimilar el sueco. Por lo tanto, también llegará a comprender mejor el resto de materias que son impartidas en sueco. ¿Os imagináis que impartiéramos clase de árabe en el instituto? ¿O de ucraniano o de chino? 

Comentando otras dificultades que tiene nuestro alumnado, una de las profesoras suecas nos cuenta que ella tiene dislexia y cómo ha sido su evolución: desde el instituto hasta cómo lo lleva en clase con sus estudiantes en el presente. Sus alumnos saben de su dificultad y son muy tolerantes con ella: le ayudan si se queda trabada leyendo alguna frase o tiene problemas al escribir una palabra. Qué importante es que los profesores dejemos ver que también somos diversos y tenemos nuestros problemas y dificultades.

El día se completa haciendo diferentes dinámicas para llevar al aula: desde juegos para hablar sobre la identidad y cómo la construye cada estudiante, hasta ideas para hablar de prejuicios y estereotipos.

Como dato curioso: en algún momento de la mañana, los suecos han comentado con absoluta normalidad su asignatura de cocina. Resulta que tienen una aula con hornos, fuegos y todo tipo de utensilios que utilizan para aprender a cocinar. La asignatura se llama "ciencia doméstica" y aprenden a cocinar, a llevar las cuentas de la casa y, en definitiva, a preparase para ser independientes cuando lleguen los 18. ¡Qué bonito una asignatura tratando todo esto! 

Con esto hemos terminado el curso y yo he aprovecho para comer una ensaladita en el apartamento, un poco saturado de tanta pasta y pizza. Por la tarde he aprovechado para ir a ver la Galería de los Uffizi, la pinacoteca más grande de Italia. Dos horas paseando por el museo viendo la Venus y la Primavera de Botticelli, la Medusa de Caravaggio, la Adoración de los Magos de Da Vinci... Demasiada belleza en muy poco tiempo y tratando de asimilarlo ahora.


Día 4. 22 de Mayo, Miércoles. È un mondo difficile.
Hoy, en el ecuador del curso, hemos estado hablando sobre distintas formas de comunicarse y de resolver conflictos. 

Comenzamos el día viendo varios estilos de comunicación: comunicación pasiva, comunicación agresiva, comunicación pasivo-agresiva o comunicación asertiva. Surge el debate si realmente SIEMPRE hay que ser asertivo o si nos podemos permitir también ser un poco agresivos de vez en cuando, sabiendo que lo estamos siendo y sabiendo utilizar este tipo de comunicación. Todos estos conceptos los pueden entender los estudiantes sin problema. Por ejemplo, se les puede proponer un conflicto y animar a que respondan con cada uno de los estilos de comunicación.

Después de esto, vemos cómo una comunicación no violenta puede ayudar a resolver conflictos en la escuela. Los alumnos comienzan describiendo lo que han observado, oído o recuerdan. Tras ello, explican cómo se han sentido, describen sus necesidades y hacen alguna petición para que el conflicto se resuelva.

Los suecos cuentan que cuando juntan a un par de estudiantes que han tenido un conflicto siguen una metodología muy concreta de resolución de problemas. Todos los profesores están formados en ella y siguen una misma estrategia. La idea no es tanto buscar el origen del problema, si no fomentar la búsqueda de soluciones por parte de los dos estudiantes. En todo este proceso el docente no toma partido, pero intenta guiar la conversación para que se hable de las emociones que han tenido y hacer énfasis en qué puede hacer uno mismo para resolver el conflicto. 

Por último, le damos una vuelta a qué es la empatía, tan necesaria para la resolución de conflictos. Y nos preguntamos cómo conectamos con esta emoción en clase. Por ejemplo, ¿les validamos sus frustraciones con nuestra asignatura? En este terreno de la frustración con la asignatura, los de matemáticas tenemos buen trabajo.

Después del curso, aprovecho para ir a ver la catedral por dentro. La cúpula está decorada con unos frescos impresionantes con escenas apocalípticas. Y cansado de tanto turista, me alquilo una bici y me voy para el campo. Da gusto salirse un poco del bullicio y poder disfrutar de Florencia desde lejos. 


Día 5. 23 de Mayo, Jueves. Los suecos tienen un perro en el instituto.

Los temas del día de hoy han sido el trabajo colaborativo en el aula y el cómo hablar de emociones con nuestros alumnos. De nuevo, lo más interesante es lo he que podido aprender del resto de compañeros, viendo qué es lo que hacen en sus escuelas. 

Comenzamos discutiendo sobre el tema de los móviles. En todos nuestros institutos están prohibidos por ley. Para evitar distracciones, los suecos recogen todos los móviles al principio de clase en una caja. Dicen que es un momento bonito que aprovechan para saludar personalmente a cada alumno y dirigirle alguna palabra. Aun así están en pruebas y quieren implementar que los estudiantes entreguen sus móviles al principio del día y se les devuelva cuando terminen. 

Hablamos sobre emociones y sobre la necesidad de tener un amplio vocabulario sobre ellas para poder empezar a describir cómo se sienta cada uno. Hacemos unas cuantas dinámicas relacionadas con este tema: aprendemos a utilizar una rueda de las emociones o hacemos un teléfono escacharrado de mímica de emociones.


La segunda parte del día la dedicamos a hablar sobre trabajo colaborativo y distintas técnicas que podemos usar en el aula: resolución de problemas, los grupos de expertos, think-pair-share... Aprovechamos esta parte del día para ver cómo colaboramos entre profesores en cada instituto. Los suecos cuentan que cada semana tienen tres franjas en las que coinciden todos los profes: un hueco de 30 minutos antes de clase y otros dos de 60 y 90 minutos después de clase. Estos tres momentos los aprovechan para hacer alguna formación todos juntos, para coordinarse por departamentos y niveles o para llevar a cabo proyectos del centro como el Erasmus. También me llama positivamente la atención que entran a clase de otros compañeros para aprender de ellos y para hacerles algún comentario sobre sus clases.

Siento hablar solo de los suecos, pero el instituto portugués es bastante similar al nuestro y no tienen muchas cosas que llamen la atención. Sigo con los suecos: resulta que tienen un perro en el instituto. Sí, UN PERRO! Si un alumno está teniendo muchos nervios o está pasando por un mal momento puede acercarse al departamento de orientación para estar con el perro y tranquilizarse. Les puede acompañar a clase para ayudarles a afrontar sus miedos. O les puede servir para hacer exámenes y estar más relajados. Es el primer año que están con él y les está yendo de maravilla. 

Y termino con otra fantasía sueca: tienen aulas donde hay sillas con pedales de esos que vemos en los parques de mayores. Esto ayuda mucho a los alumnos con un trastorno de hiperactividad y les sirve a centrarse durante la clase. ¿No os parece increíble?

Sería estupendo que podamos ir en algún momento a Suecia de intercambio: somos dos escuelas tan antagónicas que todas las partes aprenderíamos muchísimo. 

Por la tarde, me he ido a Siena, una pequeña ciudad toscana a una hora de Florencia. Es una ciudad con mucho encanto por sus calles estrechas, su inmensa plaza y sus cuidadas iglesias. Estaba lleno de turistas como Florencia, pero había un ambiente muy agradable y se respiraba algo más de paz. 


Día 6. 24 de Mayo, Viernes. Es esta despedida, signo de buena amistad.

Último día de curso. Toca hablar de motivación. ¿Cómo motivamos a nuestro alumnado en nuestra asignatura? Juegos, conectando la asignatura con la realidad, proyectos, competiciones sanas... Pero más interesante que esto me parece la discusión a posteriori: ¿cuál fue la motivación de cada uno para convertirse en profe? ¿Sigue habiendo esa chispa? 

Åsa, compañera sueca, habló durante un buen rato. Por casualidades de la vida, comenzó con 25 a ser profesora y lleva 38 años ejerciendo. Asegura que sigue con ganas y que los estudiantes le siguen aportando mucha vida. Durante el curso ha sido de esas personas que participa poco, pero que cuando habla hace una buena reflexión que da una vuelta a la conversación. Transmite mucha calma cuando habla y se la ve con ganas de compartir todo lo que sabe. Obviamente ha tenido dudas de si seguir siendo profesora, pero asegura que es parte de su naturaleza el estar con alumnos. Pero insiste en que lo suyo no es vocación: no le gusta esa palabra porque es una arma de doble filo para justificar una excesiva carga de trabajo.

Para cerrar el curso hacemos una evaluación de lo que nos ha parecido la semana. Todos consideramos que lo que más nos ha aportado ha sido compartir vivencias con profesores de otros lugares. Hace que veamos nuestro trabajo con otros ojos. Hemos dejado de pensar en la burocracia, la administración o las leyes para poner el foco en lo que realmente es importante: los estudiantes y cómo crear un entorno para que saquen lo mejor de sí mismos.

Por la tarde voy con los suecos a visitar un pueblito toscano y a la noche tocan las despedidas. Son gente encantadora, que transmiten muy buena energía. Ojalá les podáis conocer algún día.

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